La jornada comenzó en la iglesia Nuestra señora de los dolores perteneciente a la congregación de las Hermanas de la Cruz, donde las religiosas participaron en una primera oración entre cantos y numerosas personas que se agolparon en el interior del templo, ante una pequeña imagen de la Inmaculada, del siglo XVIII, que protagonizó el acto.
Desde allí, entre velas, petaladas de flores y cánticos juveniles, salió la Virgen, cubierta por un plástico para evitar el agua de la lluvia y, portada a hombros, recorrió las calles que separan el Arco de la Villa y la parroquia de Santa María de la Mesa.
En el interior del templo mayor de la ciudad, tuvo lugar la parte más importante y emotiva de la vigilia. En la capilla del Sagrario arreglada para la ocasión, la música, la oración y la reflexión se hicieron protagonistas del momento. Para ello, aprovecharon las nuevas tecnologías y utilizaron proyecciones audiovisuales y diapositivas.
Esta vigilia finalizó con un rato de convivencia entre los asistentes en los salones parroquiales.
